Mujer que te conoces
y te aceptas
y te niegas a ti misma,
ha llegado la hora de tu canto.

La mirada es paciente,
es servicial,
no busca su interés,
no se alegra de la injusticia.

Mujer guerrera,
hija de este trozo de tierra.

Pasan los años
y llegan otras cosas,
y en el blanco de los ojos
y de los dientes
quedan restos de tristeza
y castidad.

Ya no somos solo mujeres,
nos hemos vuelto guerrilleras.